En la actualidad los medios de comunicación nos imponen la agenda diaria, y eso no es todo sino que pretenden manejar nuestra manera de sentir y actuar.
Es un hecho que estas imposiciones no son por casualidad. Detrás de la manipulación de nuestros sentido, el motivo de decirnos que es lo que debemos leer, escuchar y ver, se debe a que existen intereses de distinta índole que responden a espacios de poder. Este poder se va a caracterizar de acuerdo a la institución que lo ejerza.
John Thomson habla del poder y hace cuatro divisiones, distingue cuatro tipos de poder que son: el poder político que relaciona al ejercido por los Estados nación; el económico que tiene que ver con las grandes corporaciones; el coercitivo ligado a instituciones militares, policiales, paramilitares y el simbólico, que es el que nos interesa y está asociado a los medios de comunicación.
Podemos afirmar que la independencia de los medios no existe, tampoco la neutralidad, más allá que nuestra legislación proclame la libertad de expresión y la libertad de prensa como derechos fundamentales, incorporados a nuestra Constitución Nacional y avalados por tratados internacionales que los categorizan como derechos humanos.

De esa manera los medios construyen las noticias, los discursos, los mensajes que a ellos les conviene que la sociedad consuma y crean de esa forma un imaginario popular que manipulan y usan a su antojo. Cambian nuestra percepción de la realidad, nos inducen a prejuzgar, sentir miedo, adoptar una postura y actuar en consecuencia.
“La forma que el diario impone al mundo es la forma que nos lo hace consumible” dice Jesús Martín-Barbero, cuando habla del mito del discurso de la información. Ya que esa información, previamente fue filtrada varias veces hasta terminar en ser un producto final. Ese producto es el que los medios van a vender y mostrar de acuerdo a sus conveniencias.
Esa noticia, a la que ya la filtraron y moldearon, va a ser homogeneizada. Además va a llegar a ser noticia, si el acontecimiento que le dio origen vale la pena ser contado, presentado al público, haya cumplido con los criterios de noticiabilidad y sirva entonces a los propósitos del medio. De otra manera el acontecimiento se va a perder, va a ser censurado y pasar a ser algo que no existió, existe o existirá en el mundo.
Podemos concluir diciendo, que quienes poseen las noticias y las difunden haciendo uso de cuanta tecnología se cuenta en la actualidad para lograr un alcance masivo en la sociedad, tiene el poder de manipular la realidad a favor o en contra de sus objetivos e intereses. De esta manera, haciendo que el público permanentemente se interese por lo que los medios muestran, es que pueden manejarnos la agenda diaria, nuestro sentir y manera de actuar.
por Sergio Lafalce